LA VIDA
De atravesar ríos y mares.
De eso se trata la vida.
De navegaciones y naufragios.
De cruzar algunos puentes.
De amarrar en cada muelle.
De avanzar y claudicar.
De zarpar y de encallar.
De bajante y de pleamar.
De orientarse por estrellas.
De confundirse y perderse.
De navegar aguas quietas.
De timonear turbulentas.
De subir con la marea.
De avizorar horizontes.
De esperar para arriar velas.
De enarbolar banderas.
De finalizar los viajes.
Y a buen puerto, ayudados
de un faro que nos guía.
O en la noche más cerrada,
a nuestra propia suerte.
De buscar aquella isla,
o el regreso al continente.
De ir del Este al Poniente.
De respirar y de ahogarse.
De empacar y de alejarse.
Y de volver, siempre,
a algún punto de partida.
Ya sin anclas. Ya sin vientos.
Final de la recorrida.
Sin bitácora. Sin tiempo.
Ernesto Edwards, mayo 2016